Extraña la sensación que
siento. Estas raíces que me traje de mi viaje al Amazonas no tienen el efecto
que imaginaba. Mi cerebro bulle de ideas, los sonidos se me amplifican y, a
pesar que es de noche y reina el silencio, oigo le latir de mi corazón. También
tengo hiper sensibilizado el sentido del tacto y del olfato. Pero no puedo ver
ni moverme. Peor que si estuviese tetrapléjico.
Las noto, vienen a cientos
quizás a miles, noto como invaden mi cuerpo y no puedo hacer nada. Siento sus
patitas por todo el cuerpo y el roce de sus antenas en mi piel. No sé qué
animales son, supongo que algún tipo de insectos que me devoran con pequeños
mini mordiscos que siento pero que no me producen dolor.
Y lo peor, o lo mejor, es que
no me importa, quizás hasta me esté gustando. Nunca había pensado que el final
fuese así y al menos espero que se coman mis partes pudendas y no dejen rastro
porque me daría vergüenza que los forenses me vieran desnudo. Una lástima porque
era de lo mejor que tenía:
“Ya me come, ya me come
Por do más pecado había
En derecho al corazón
Fuente de mi gan desdicha”
Oigo ahora pequeños gruñidos
y como animales mucho más grandes muerden con saña mi cuerpo. Yo diría que son ratas
pero no puedo verlas. Siento como van a mis zonas blandas a mi vientre como
recuerdo hacen los depredadores en los documentales de África. Una de ellas ha conseguido
rasgarme la piel y noto como su cabeza atrapa mis intestinos y, tirando, los
saca y desparrama fuera. Se pelean esta alimañas por mis tripas, Ratatouille es
solo una ficción del cine. Me da vergüenza que alguien me vea así yo que
siempre he cuidado tanto mi aspecto.
Ha entrado algo en mi oído izquierdo,
el malo, por el que oía tan poco. Penetra y muerde el tímpano. Luego se va, se
nota que mi carne ahí es dura y tiene mal sabor. Ya no siento los dedos de los pies,
creo que se los han comido, solo siento el fluir de mi sangre cliente. Creo que
he debido perder bastante sangre y sin embargo mi cerebro sigue lúcido e
hiperactivo. Sería capaz de recitar la
clasificación de los mamíferos: insectívoros, carnívoros, ungulados,
proboscídeos,… o la de los insectos: apterigógenos, arquípteros… que tanto me
hicieron repetir en bachillerato.
No era este el final que
esperaba. Creo que es poco elegante y nada romántico además de ser un asco. Pero
ecológico y sostenible sí que es: sin liberar CO2 y sirviendo de alimento a
otros animales. Pero lo peor de todo es que sigo sin morirme y no veo la maldita
luz al final del túnel con San Pedro al fondo esperándome…
Las ratas han perforando mi
esternón. Estos malditos bichos tienen dientes como cuchillas. Una de ellas
mordisquea mi arteria aorta, creo que esto es el final, moriré del corazón y
eso tiene su puntito romántico. Ahora me río de la hipoteca, la crisis, el
trabajo, los desamores, las enfermedades, las frustraciones, los celos, la
envidia,…, en fin que le estoy cogiendo gustito a morirme, lástima que no se
pueda repetir.