jueves, 29 de mayo de 2014

La ayahuasca




Extraña la sensación que siento. Estas raíces que me traje de mi viaje al Amazonas no tienen el efecto que imaginaba. Mi cerebro bulle de ideas, los sonidos se me amplifican y, a pesar que es de noche y reina el silencio, oigo le latir de mi corazón. También tengo hiper sensibilizado el sentido del tacto y del olfato. Pero no puedo ver ni moverme. Peor que si estuviese tetrapléjico.
Las noto, vienen a cientos quizás a miles, noto como invaden mi cuerpo y no puedo hacer nada. Siento sus patitas por todo el cuerpo y el roce de sus antenas en mi piel. No sé qué animales son, supongo que algún tipo de insectos que me devoran con pequeños mini mordiscos que siento pero que no me producen dolor.
Y lo peor, o lo mejor, es que no me importa, quizás hasta me esté gustando. Nunca había pensado que el final fuese así y al menos espero que se coman mis partes pudendas y no dejen rastro porque me daría vergüenza que los forenses me vieran desnudo. Una lástima porque era de lo mejor que tenía:
“Ya me come, ya me come
Por do más pecado había
En derecho al corazón
Fuente de mi gan desdicha”
Oigo ahora pequeños gruñidos y como animales mucho más grandes muerden con saña mi cuerpo. Yo diría que son ratas pero no puedo verlas. Siento como van a mis zonas blandas a mi vientre como recuerdo hacen los depredadores en los documentales de África. Una de ellas ha conseguido rasgarme la piel y noto como su cabeza atrapa mis intestinos y, tirando, los saca y desparrama fuera. Se pelean esta alimañas por mis tripas, Ratatouille es solo una ficción del cine. Me da vergüenza que alguien me vea así yo que siempre he cuidado tanto mi aspecto.
Ha entrado algo en mi oído izquierdo, el malo, por el que oía tan poco. Penetra y muerde el tímpano. Luego se va, se nota que mi carne ahí es dura y tiene mal sabor. Ya no siento los dedos de los pies, creo que se los han comido, solo siento el fluir de mi sangre cliente. Creo que he debido perder bastante sangre y sin embargo mi cerebro sigue lúcido e hiperactivo. Sería capaz de recitar  la clasificación de los mamíferos: insectívoros, carnívoros, ungulados, proboscídeos,… o la de los insectos: apterigógenos, arquípteros… que tanto me hicieron repetir en bachillerato.
No era este el final que esperaba. Creo que es poco elegante y nada romántico además de ser un asco. Pero ecológico y sostenible sí que es: sin liberar CO2 y sirviendo de alimento a otros animales. Pero lo peor de todo es que sigo sin morirme y no veo la maldita luz al final del túnel con San Pedro al fondo esperándome…
Las ratas han perforando mi esternón. Estos malditos bichos tienen dientes como cuchillas. Una de ellas mordisquea mi arteria aorta, creo que esto es el final, moriré del corazón y eso tiene su puntito romántico. Ahora me río de la hipoteca, la crisis, el trabajo, los desamores, las enfermedades, las frustraciones, los celos, la envidia,…, en fin que le estoy cogiendo gustito a morirme, lástima que no se pueda repetir.