martes, 19 de agosto de 2014

La pesadilla

   

Ringggg!!!, el despertador sonó y me levanté raudo porquetenía el tiempo justo. Ducharme, vestirme e ir hacia el garaje. Mientras bajabaen el ascensor tenía la extraña sensación de que alguienlo hacía conmigo perono podía ser porque no veía a nadie.
Arranco el coche y al subir la rampa de salida un coche meprecedía, era el vecino del 3ºA que salía también a trabajar pero…¡el coche ibavacío!. No podía ser. Sacudí la cabeza incrédulo pensando que aún no me habíadespertado del todo y por eso no veía bien.
Ya en el trabajo veo mesas vacías. Normal, pensé, en Agosto muchostoman vacaciones. Pero lo que me sorprendió fue ver que había gente que se deteníaante esas mesas, dejando papeles en ellas e incluso hablando, pero ¿con quién?.Decidí dedicarme al trabajo, que era mucho y olvidarme de todo lo extraño queestaba observando.
Al finalizar la jornada, retorné a casa, pero antes compréla prensa. En la portada habría grande huecos en blanco así como en algunapágina de interiores. ¿Qué ocurría?, ¿fallo tipográfico?, no me explicaba queme estaba pasando.
Sentado en el coche cerré los ojos y reflexioné. Recordé quela noche anterior me había quedado dormido sobre el portátil y no recordaba haberdespertado e irme a mi cama. Y entonces caí en la cuenta de algo terrible:estaba soñando que había entrado dentro de Facebook, vivía dentro de esa redsocial y todo lo que me pasaba era consecuencia de ello. Por eso había personasque me sonreían y saludaban (amigos y conocidos) y otras que pasaban indiferentes.Y luego, las mesas sin gente, el ascensor donde noté que había “alguien”, ….eranpersonas que me habían o yo había bloqueado!!!!!. Dios santo me he quedadodormido y atrapado dentro del Facebook, pensé.
Nervioso traté de despertarme pero no lo conseguía. Meangustiaba pensar que podría pasar toda la vida dentro de esa red social, unacárcel para mí. Piensa Pedro, piensa me dije para mí mismo, ¿Qué hacer?, ¡yaestá! Caminé hacia el borde superior de la pantalla, fui a configuración yactivé el botón salir del Facebook, pero ante mi sorpresa no lo conseguí.
Desesperado fui a “cancelar cuenta” y pulsé el botón. En esemomento hubo un flash en mi mente y desperté sobre el teclado del portátil.Eras las cuatro de la mañana y un sudor frío empapaba mi piel. El Facebookseguía abierto. Fui y desbloqueé a todos mis enemigos y me salí de laaplicación.
Desde entonces no bloqueo a nadie, creo que fue una venganza de algún espíritu maligno

No hay comentarios: