miércoles, 29 de octubre de 2008

Cuentos de Halloween II: Me piro, vampiro




Yo de niño creía que el león era el rey de la selva. Bah, era una leyenda urbana. El león las pasa canutas para conseguir alimento, casi siempre come carroña que roba o algún animal minúsculo y cuando se atreve a cazar a algún animal grande como a un búfalo ha de hacerlo en grupo y arriesgando su vida. Y luego los machos a pelearse con machos de otros territorios por las hembras. En fin que de rey nada.
Pues lo mismo me pasa a mi. Yo que veía las pelis de Peter Cushing donde aparecía de vampiro con su capa roja y negra mas chulo que un ocho y mordiendo a unas tías estupendas para luego irse volando a su fantástico castillo. Menudo cuento.
Para empezar yo vivo en un trastero de un bloque de pisos. Y en lugar de ataúd tengo un saco de dormir marca Carrefour.
Y en cuanto a la ropa, vamos yo llevo un pantalón vaquero raído y una sudadera llena de agujeros, ni capa ni leches. Morder, podría morder, básicamente podría hacerlo con ratas, lo único que encuentro, luego de matarlas a zapatazos o bien cucharachas como mi alimento básico. Cualquiera le muerde a alguien por la calle para que te de un sopapo. Solo puedes moderle a la gente mayor pero su sangre, puaggg, sabe a Nolotil, Primperan y no se que Forte, un asco.

Pero yo, además, es que soy un nosferatu vegerariano, ya lo era en vida y no voy a cambiar ahora. Yo muerdo zanahorias, kiwis, peras de agua, naranjas y melocotones. Así que “cazo” en los supermercados y en las plazas de abastos. Eso si a la vecina del tercero derecha, que está de muerte, cuando me la encuentre por el pasillo, a esa maciza, la muerdo, ¡vamos que si la muerdo!. mmmmmm
Bueno, me voy “volando” que pronto amanecerá.
juajajajajajajajaja
juajajajajajajajaja

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