miércoles, 29 de octubre de 2008

Cuentos de Halloween IV: Antes muerto que sencillo



Pues, bien mirado no se está tan mal en mi situación. Muchas cosas han cambiado en mi vida desde aquel día. La primera y mas importante es que ahora paso de todo, ni convencionalismos sociales, ni dinero ni nada de nada. Que llueve y hace frío, como si no a mi plin porque lo aguanto todo. Que hay comida me harto sin miedo a una gastritis. Que no pues no pasa nada, puedo vivir sin comer todo el tiempo que me de la gana.
El no tener que afeitarme ni lavarme es un placer. El no necesitar una cama para dormir, otro.
Por olvidar he olvidado los malditos días de la oficina, al hijo de puta de mi jefe, a la cotilla de Compras, al putón verbenero de Marketing, al pedante de Finanzas, etc. Ni máquina de cafés ni leches, ni las insoportables cenas de Navidad, ni los objetivos semestrales ni el ¡produce, produce, produce!, ¡a la mierda!.
Ni pago impuestos, ni me importa hacienda, ni necesito pagar un alquiler. A hacer puñetas todos esos tormentos.
Mira por donde trabajar en una industria química de alto riesgo ha tenido sus ventajas. Y yo que admiraba a Al Gore, anda y que se pudra bien podrido. Aquel día que bajamos al fondo del contenedor sin saber que el traje no nos aislaba porque estaba caducado fue una bendición del cielo. La cara de falso compungido que puso mi jefe cuando, en la clínica de la fábrica, fue a reconocer mi cuerpo, y la de sorpresa, instantes después, cuando me vio levantarme y arrearle un mordisco en el cuello. Y como gritaba el cabronazo cuando sentía salir su sangre a borbotones. ¡Uf que sed tenía!. Luego me di el gustazo de morderle el cuello a la Mari Puri la tía mas maciza de la empresa, eso si que no tiene precio.
La verdad es que todo iba a pedir de boca, hasta que he notado como me voy deteriorando. Me queda la mitad del pelo y los dedos del pié izquierdo los he perdido ya todos. Mi piel está como amarillo violácea salvo el vientre que lo tengo negro e hinchado. Y allá donde voy atraigo a todas las moscas, creo que mi desodorante me ha abandonado.Y lo peor anoche cuando me lié con aquella cursi de la secretaria del director general, la que llamaban la petunias, por las ídem, y que también había pasado a formar parte de la tribu. Uf no estuvo mal pero cuando oí aquel ¡crack! y noté se me caía a trozos, mamma mía. Digo yo que ahora pegada con loctite seguirá funcionado y que si duermo en un congelador a lo mejor duro mas.
En fin, esta anocheciendo y tengo hambre. Hoy es el día de Halloween y dan una fiesta en la nave de pintura. Creo que vamos a zamparnos a dos vigilantes jurados que son los únicos que siguen vivos de la fábrica y a un par de concejales que vinieron a inaugurar no se que y que los hemos cebado a conciencia con maíz como a los pollos.Yo me voy a disfrazar de humano, jejeje. En fin no es tan malo ser un zombie.
Feliz Halloween pipiolos aurrrrrrrrrrrrggggggg.....

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