viernes, 21 de marzo de 2008

Un sueño hecho realidad

Un sueño hecho realidad



Entre en el moderno edificio de piedra y cristal ubicado en la avenida mas bonita y cara de la ciudad. La recepcionista me miró con atención y un gesto entre de estupor y envidia al verme. Me había arreglado a conciencia y esperaba sorprenderlo ese soleado día de otoño. Llevaba un traje de chaqueta negro, medias y tacones altísimos del mismo color. Iba poco maquillada y con el pelo suelto. Sabía como arreglarme para estar muy atractiva y, esa mañana lo había comprobado a tenor de las miradas de los chicos cuando caminaba por la calle. Y ese día me sentía guapa, guapa por y para y solo para él. Lo amaba, lo deseaba y quería dárselo todo, entregarla hasta mi último aliento de amor.
Por el no sentía sexo, esa era una palabra que estaba en un nivel muy inferior a la sublime atracción que me suscitaba. Nunca me había atraído de esa manera un hombre, nunca había querido poseer el cuerpo y a la vez el alma de un ser humano como quería con él. Vivía para el, soñaba con el, toda mi vida estaba orientada hacia la suya. Si alguien pudiera entrar en mis pensamientos creería que yo soy una mujer anticuada en total sumisión a un hombre. Nada mas lejos de la realidad. Soy una mujer enamorada, con un amor total y sublime hacia mi amado. Y lo que hace aun mas grande ese amor es tener la certeza que el siente exactamente lo mismo por mi. Si, soy afortunada, se que no es tan raro amar con locura a un hombre. Lo realmente difícil es que ese hombre te quiera a ti a la vez con la misma fuerza con que tu lo amas. Y eso ocurría en nuestra relación.
Nunca le había visitado en su ciudad y menos en su centro de trabajo. Además no le había avisado que venía. Quería darle una sorpresa.
La recepcioncita me indicó la tercera planta y cogí el ascensor para llegar hasta allí. Se me hizo una eternidad llegar hasta sus oficinas. Estas eran modernas y funcionales todas decoradas con los colores corporativos de su empresa. Me recibió a la entrada una chica joven, muy guapa. No me hizo mucha gracia a verdad, que fuese atractiva y una oleada de celos invadió mi corazón. Yo soy muy celosa, lo reconozco, creo que demasiado. Pero le quiero y deseo que el sea solo para mi. Pareceré antigua, bueno, seré antigua en ese sentido pero el es solo mío y de ninguna mas. La verdad es que nunca me ha dado motivos importantes de estar celosa pero no puedo evitarlo. Se que tiene éxito con las mujeres lo que a la vez me gusta y me disgusta. Peor es solo mío, ¡solo mío! Y no quiero aplicar ninguna racionalidad a esta afirmación. Tal vez porque el amor no es racional. Es un fortísimo sentimiento que nace en el corazón y que no tiene relación con el cerebro.
El también es celoso aunque trate de disimularlo...sabe que me miran por la calle, sabe que soy muy atractiva, pero quizás trata de no agobiarme y de no parecer machista. Por eso creo que es disimula mas celos. Pero yo los noto en ciertos momentos. Por ejemplo cuando estamos con amigos y charlo animadamente con alguno de ellos, el me presiona suavemente mi brazo. Cuando en una fiesta me aparto de el noto que me observa con disimulo y que , a veces pasa por mi lado y me hace una caricia o me pregunta si deseo una copa. Creo que trata de no agobiarme, que aguanta sus celos porque quiere que sea feliz. La verdad es que a mi me gusta que se porte así aunque nunca se lo voy a decir porque quiero mantener vivo esos pequeños celos que lo hacen mas atractivo y deseable para mi.
Eso si cuando alguna se le acerca con ganas de coquetear con el yo reacciono rápidamente y voy al quite. El es muy amable con todo el mundo y a veces las otras mujeres entienden algo muy diferente. Y entonces llego yo y pongo las cosas en su sitio: le cojo del brazo, le arreglo el pelo o la corbata, le quito una mancha del odioso carmín de alguna de su mejilla, en fin que “tomo posesión” de él que para eso es mío. Nunca me dice nada pero estoy seguro que a el le gusta que yo sea así.
Jugamos a un juego que nunca comentamos pero que nos gusta. La verdad es que estoy seguro de que me ama con locura y que soy la única chica para el. No para de decirme que me quiere y cuando se lo digo yo hace como que no oído bien para que se lo repita de nuevo, ¡el muy canalla!, mi adorable canalla.
Y yo me pregunto, ¿cómo amará un hombre?, ¿sentirá en su corazón lo mismo que una mujer siente?. Dicen que el hombre siente primero sexo y luego amor. Pero con el se rompe esa teoría. El me quiso antes como persona que como mujer, estoy segura de ello. Buscó primero conocerme como persona, escucharme y ser alguien en el que apoyarme. Comprendió que yo era una mujer de carne y hueso, una mujer real y se alejó de las idealizaciones. Me aceptó con mis defectos aunque supo apreciar mis virtudes. Y solo después de asumir todo eso, solo después también me deseó con pasión.
No creo que otros hombres sena como el . Y tampoco me importa. Me importa el, solo el.
Tan bien yo le he dado mucho. Le he querido y le quiero como nunca he hecho con nadie. Quizás sea menos expresiva que el, una chica del norte no tiene la misma manera de comportarse que un chico del sur. El es expresivo, como barroco, extrovertido y muy romántico. Quizás yo no sepa hacer una análisis de cómo soy pero creo que he sabido quererlo, y ser su complemento en muchas cosas. También creo que en muchos aspectos nos parecemos muchísimo y esa es una razón para nuestro amor. El también ve en mi un cariño sublime lo ha sabido ver y valorar algo que nunca creí capaz de que pudiera hacer un hombre, ¡son tan torpes para algunas cosas!.
Bueno, parece que la recepcionista viene hacia mi, si se acerca...
Me dice que me espera en su despacho y me indica aquella puerta marrón del fondo. Ya sabe que estoy aquí, que soy yo, ¿cómo le sentará la sorpresa?, ¿estará ocupado?, ¿cómo será su despacho?.dios mío ¡estoy muy nerviosa!
A veces tengo miedo, ¿miedo?, si miedo de que algo tan bonito termine, miedo de que se busque otra chica y se olvide de mi, miedo de que algún gran problema se interponga entre nosotros. Se que no llevo razón al pensar esto peor cuando hemos tenido algún pequeño enfado he sabido valorar lo que podía perder. No, no tengo razones para pensar en perder su amor pero debo de ser consciente de la felicidad que he encontrado, para luchar por ella.
El tiene amigas, tiene su vida, y se que gusta a otras. Y a mi eso me da muchos celos, no puedo evitarlo. Pero se que el me cuenta siempre la verdad, y que me es fiel. Tampoco me gustaría que no gustase a nadie la verdad. No me gusta pensar sobre su vida anterior porque siento que este hombre es solo para mi, aunque acepto su vida pasada como el acepta la mía.
Pero quiero que solo piense en mi, solo viva para mi, solo me desee a mi, solo me mire a mi, todo todo para mi. Soy posesiva pero estoy segura que a el le gusta porque cuando le digo esto se le encienden los ojos.
Nos parecemos en muchas cosas. Somos trabajadores, ordenados, inteligentes aunque peque de falta de modestia, románticos aunque yo diga que el es mas y no es así, dulces, cariñosos, apasionados, con mal genio ( yo mas que el), cabezotas, elegantes ( yo mas), soñadores ( el mas) y muchas cosas mas que tenemos en común.
¿Qué es para nosotros el sexo?. Creo que un complemento muy importante del amor de pareja pero no lo único. Cuando vivimos momentos de pasión ambos pensamos que nuestra relación no tiene que ver nada con lo que se llama sexo. Es algo sublime en el que nos damos muestras de cariño muy íntimas. Contemplarnos desnudos haciendo el amor no tiene nada que ver con una escena picante. Para ambos supone una entrega total a la otra persona. El me dijo que las fotos sensuales que tiene de mi, cuando las mira lo hace con una ternura infinita. Me gustó esa frase porque el por encima del deseo que siente de hombre a mujer, cuando mira mi cuerpo ve el cuerpo de su amada.
Yo adivino cuando el tiene deseos de mi, pero también cuando siente ternura, cuando quiere bromear, cuando está romántico, cuando triste, etc...
En ese sentido lo conozco muy bien. El en cambio tiene aun mucho que aprender de mi, le falta mucho para conocerme. A veces comenzamos a hablar y yo estoy algo enfadada por cualquier cosa y el no acierta a darse cuenta. Quiere que se lo cuente así a las claras y a mi no me apetece. Es el, el que se tiene que dar cuenta de que me encuentro mal y hacer un esfuerzo por entenderme. Yo no quiero que me busque la solución a mis problemas en plan “ hombre inteligente que lo soluciona todo”. Yo solo quiero que adivine como estoy y me trate según mi estado anímico y que sepa escucharme.
Creo que los hombres son muy torpes para ciertas cosas. Carecen de la intuición femenina. Se que el pobre hace un gran esfuerzo en comprenderme y que cuando no lo consigue se deprime. Además yo que tengo arranques de mal genio pues a veces lo corto. Soy así. Creo que en esto ambos tenemos que mejorar y de hecho hemos mejorado aunque el proceso sea lento.
Una de las frases mas bonitas que me ha dicho, y lo ha hecho repetidas veces, es que me quiere como soy y no desea cambiarme. Esto a mi me hace relajarme y no intentar ser mas de lo que soy.
El también al principio me decía unos piropos demasiado grandilocuentes que llegaron a incomodarme. Yo le decía que exageraba y que no era perfecta, Luego se percató de ello y entonces fue cuando creo que se dio cuenta de que era mucho mas bonito amar a un ser real.
Luego están los problemas de cada uno. Los míos son muy dolorosos y los he de pasar sola. El no acaba de comprender eso y se obstina en ayudarme. Otra vez la manía masculina de querer buscarle soluciones a todo. Si me siento mal, deseo estar sola y meditar sin interferencias. Se que el en su buena intención trata de ayudarme pero no acaba de conseguirlo. Lo que yo quiero de el es que me espere con paciencia a que yo le diga “Pedro ahora ya podemos hablar”. Pero mientras tanto que no me agobie. Que me espere callado a la puerta de mi casa hasta que yo le diga, pasa y entra.
Me puede enviar correos con sus cosas y mensajes a mi móvil, pero que tenga paciencia y me espere. Se que para el, hombre al fin y al cabo esto es duro, y se además que lo pasa mal, pero espero que lo comprenda. Pero no he de decirle yo esas cosas, el es el que las debe de entender, ¡pero que torpes son los hombres!.
Yo le quiero pero me cuesta trabajo decírselo, al contrario que a el, pero le quiero y que comprenda que no se ama mas por decirlo cada cinco minutos, ay si pudiera comprender cuanto le amo!. Si, claro que lo comprende...
Me acerco a la puerta de su despacho, abro la puerta y... ,huele a “eau de cologne” de Loewe, jejeje. No puedo hacer otra cosa que quererle...
Estaba sentado frente su mesa.. Vestía un traje gris oscuro y llevaba la chaqueta puesta, señal de que lo había hecho para parecerme mas guapo y elegante. Camisa cruda de seda y corbata azul roja clara con pequeños cisnes, que me hicieron sonreír, le hacía muy atractivo.
Le dije simplemente hola “hiho” con ese tono de interrogación y acento bilbaíno que se que tanto le gusta y me dirigió una sincera sonrisa de esas que son imposibles de falsificar. Se levantó y sin decir una palabra fue hasta mi y me abrazó. Un abrazo suave , muy largo y delicado, todo ternura. Creo que nunca me había abrazado así. Sentí su cuerpo presionar suavemente el mío, me ofreció su cuello y pude aspirar el aroma de mi colonia de hombre favorita, y aproveché para besar levemente su cuello, apenas rozándole mis labios. En ese momento pensé cuanto amaba a este hombretón fuerte, de 90 kgs de músculos y huesos. Un hombre con ese aspecto físico que sin embargo era delicado y romántico.
Levantó la cabeza y nos miramos fijamente durante un momento que se hizo eterno. Me tomó de las manos y las puso sobre su corazón, luego las besó con dulzura. Rodeó con sus brazos mi cintura y me atrajo hacia el. Comenzó a recorrer todo mi rostro con pequeños besos que me hacían cosquillas: mejillas, frente, barbilla, ojos orejas, cuello.... me hacían estremecer. Yo acariciaba su nuca y lo miraba como solo una mujer enamorada puede mirar a su hombre. Si “ mi hombre” solo mío, solo para mi.
Acarició mi cabello con la punta de sus dedos, jugando con ellos. Adoraba mi cabello y a veces me lo besaba lo que me producía un sentimiento muy especial. Para mi era un beso de amor, un beso que solo era el capaz de sentirlo y hacerme sentir.
Me atrajo mas fuertemente hacia el y me besó en los labios, al principio apenas presionado los míos y luego, poco a poco hundiendo su lengua hasta que ambos exploramos nuestras bocas. Poco a poco el beso amoroso y tierno se fue convirtiendo en uno apasionado sin perder mucha la ternura que había en el. De vez en cuando se detenía y me miraba con esos ojos que penetran siempre hasta le fondo de mi alma, diciéndome mucho mas que con palabras lo que sentía por mi. Me abrazo con mas fuerza apretándome contra la mesa y yo pude sentir su sexo, hermoso y duro como palpitando se apretaba contra mi vientre y yo experimenté como una descarga eléctrica en mi intimidad y respondí presionándolo a la vez.
Fui hacia la puerta y eché el seguro y caminé de nuevo hacia a sus brazos. El me los abrió para recogerme y pude observar el bulto de su pantalón que indicaba su explosión amorosa.
Me abracé de nuevo a el, le quité la corbata y comencé a desabrocharle lentamente su camisa. Luego le besé con dulzura su pecho y acaricié toda su piel. Sentía sus manos que me presionaban mi espalda cada vez que yo le daba pequeños mordiscos en sus pezones. Mientras mi lengua recorría el surco de su pecho y mis manos abrazaban su espalda, el introdujo sus manos por debajo de mi blusa, suavemente me desabrochó el sujetador y acarició con suma delicadeza mis senos consiguiendo que mis pezones se pusieran erectos al contacto con su piel.
Me desabrochó la blusa con nerviosismo y comenzó a besar mis pechos, luego a chuparlos y posteriormente a mirarlos que dándose extasiado ante ellos.
Nos volvimos a abrazar, ahora sintiendo el roce de la piel del otro, pecho contra pecho y yo pude embriagarme con el calor de el y el tibio aroma de su agua de colonia mezclado con el olor natural de su piel. Era el aroma de mi ser amado.
Me acarició mi trasero afrentándome muy fuertemente y yo sentí un deseo inmenso de ser poseída totalmente por mi amor. Introduje mi mano dentro de su pantalón y acaricié su sexo palpitante. Era grande y hermoso y me hizo desearlo aun mas. Quería saborearlo, olerlo, besarlo y sentirlo muy dentro de mi. Pude observar como su corazón se aceleraba como un caballo al galope.
De pronto el se agachó y, subiéndome la falda, me bajó las medias y mis braguitas deleitándose en la contemplación de mi sexo, sonrosado y cuyo vello castaño, adivinada mi intimidad ya húmeda por el deseo de ser poseída por él. Acercó su boca y lo besó mientras me decía que me amaba y sus ojos se humedecían por las lágrimas. Yo sentía un inmenso placer a la par que una inmensa emoción. Siempre pensé que llamarle a esta relación sexo era infravalorar nuestro amor. Era muchísimo mas que eso. Era el fundirse dos cuerpos y dos almas.
Le tomé de las manos y le hice incorporarse. Entonces me agaché y sacando su pene del pantalón lo bese recorriéndolo desde la punta hasta su base. Era mi pene, solo para mi, el sexo de la persona que amaba, el que recorría cm. a cm. besándolo, acariciándolo queriéndolo.
El fue entonces el que me levantó, nos besamos sintiendo en nuestros labios el sabor de nuestros sexos, y luego apoyándome contra la mesa, me abrió las piernas acariciándome de nuevo los labios de mi sexo y entonces me penetró suave pero profundamente. Yo sentía estar en el cielo y cerré mis piernas sobre su espalda , tendiéndome boca arriba en la mesa, esparciendo los papeles que había en ella y abandonándome a mi mando que me embestía con ardor mientras nos mirábamos a los ojos.
Fue una penetración total, un acoplamiento prefecto de dos cuerpos y dos almas. Y bailamos la danza mas maravillosa que pueden dos seres humanos. Y nos dimos la vida el uno al otro y el me entregó su semilla que yo absorbí en un éxtasis sin igual.
Acabamos exhaustos, abrazados sobre la mesa sudorosa, mirándonos , besándonos y diciéndonos esas frases que solo en la intimidad nos dedicamos.
Nos vestimos y arreglamos. Luego nos fuimos a comer y ya no volvió al trabajo. Era un día para mi, el era mi esa tarde al 100%.
Tarde volví a casa, prefiriendo hacerlo sola y caminando para recordar todos los momentos vividos con mi amor. En un momento metí la mano en el bolsillo derecho de la chaqueta y noté que había allí una especie de sobre pequeño. Lo saqué y pude ver que era una sobre de agua de colonia de Loewe, con una nota manuscrita por el que decía: “Te quiero A.”
“Y yo a ti” dije en voz alta mientras una anciana me miraba sorprendida al ver que estaba hablando sola.
Y nadie era mas feliz que yo. Esa noche soñaría con el de nuevo pero hoy había experimentado , no un sueño sino una realidad de amor.

1 comentario:

maría dijo...

esto es trampa!!!... ¿te adivino para quien lo escribiste?....
cagonlamáaaaaaaaaaaa
jejeje, un beso